martes, 10 de febrero de 2009

Nobuyoshi Araki

Me gusta este tío. Me da igual que su fotografía sea tachada por muchos como la obra de un viejo verde de tendencias sadopedófilas…

Me gusta que titulara su primer trabajo Hay una cámara entre el hombre y la mujer, y que evolucione en la definición desde sus primeras fotografías “un viaje sentimental” hasta su última y gran etapa“una falsa violación, un haiku”

Pero lo que realmente me gusta, es la influencia de Tokyo y su fascínate mentalidad trasgresora, fascinate y contradictoria, capaz de pixelar el porno nacional y admirar la obsesión por el coño de una esposa y musa.



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